• 29 de marzo de 2024, 10:28
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Claves para cambiar el modelo agrario

Por Pedro Peretti*

Cómo dejar atrás el monocultivo de soja, avanzar con la agroecología y que los alimentos sanos lleguen a todos. La transición y el rol de Estado.

La Argentina debe rediscutir su paradigma agropecuario caracterizado por el monocultivo de soja con concentración de tierras y rentas. Un modelo extractivista que destruyó todo el entramado social, productivo y cultural en el interior profundo, tirando por la borda casi 100 años de colonización agraria, solo para beneficio de un minúsculo grupo de terratenientes y transnacionales; que junto con una burguesía intermediara (proveedores de insumos y servicios) hicieron de la pampa húmeda un verdadero desierto verde con casi nula presencia humana.

Cambiar la forma de producir es imperioso, eso no ofrece duda, pero no es sencillo, no es bajar una palanca o apretar un botón, conlleva una definición política muy fuerte y compleja que hay que construir con mucho consenso popular e informar correctamente a la opinión pública. ¡Se puede hacer! ¡Se debe hacer! Pero no es un mero paseo académico o teórico, ni se soluciona sancionado una ley al respecto. Hay que enfrentar intereses poderosísimos que no se van a doblegar por más razones que mostremos.

Hay que ponderar correctamente “el poder del poder” que tienen a la hora de oponerse a los cambios y más cuando estos son a favor de los sectores populares.

Para cambiar el modelo lo primero es reconocer los problemas que trae el actual y tomar la firme disposición de cambiar. Con esta decisión tomada ambos modos de producción deberán coexistir durante un largo tiempo. La transición no será corta, por lo que hay que tratar de que lo que se reemplaza se vaya haciendo el menor daño posible. Ejemplo: limitar las fumigaciones, propiciar la mixtura productiva, respetar las zonas periurbanas, las escuelas y propiciar el consumo de cercanía, entre otras acciones.

Pero es requisito sine qua non que el Gobierno tome partido. Éste no puede ser neutral o prescindente. Sin una política pública activa no hay cambio posible. La “otra” forma de producir no lo podemos dejar al libre albedrío de productores y consumidores. Sin una alianza de la agricultura familiar con el Estado no hay demasiadas posibilidades de instalar a la agroecología como modelo productivo sustituto. El mercado siempre concentra o por tamaño o por debilidad, pero siempre hace al grande más grande. Sin Estado presente que regule no hay opción viable al modelo actual.

El modelo agroecológico en la Argentina se podrá imponer como realidad productiva dominante por dos vías. O lo decide el libre-mercado como tal, por conveniencia económica inducido por la necesidad de las élites de comer sano sin importarle que “esa comida” sea accesible a todos/as; o lo decide el Estado por disposición política, para que sin discriminación alguna, todos/as puedan comer sano.

La agroecología sin intervención estatal puede servir a los dos modelos político: al de la Argentina desigual de la derecha, o al de la Argentina para todos que propicia el campo nacional y popular. Esa es una decisión política de quien gobierna.

Que haya producción de alimentos sanos para toda la población requiere de Estado y de productores, esta conjunción es insustituible. Agroecología sin el Estado definiendo “el para quién y con quién” puede significar una discriminación inaceptable en donde la parte rica de la sociedad coma sano y los pobres «mierda-mierda».

El mejor ejemplo de ello es Amancio Ortega -dueño de la empresa Zara- el hombre más rico de España, que paga 30 euros un cartón de huevos ecológicos.

La decisión y participación del Estado es clave para que ese cambio de la matriz productivo esté al servicio del conjunto y no solo de una minoría que lo pueda pagar. Una política pública es todo lo que el Estado hace, pero también lo que no hace y lo que mientras otros hacen (mercado) él mira para otro lado.

Todo “eso” construye una política pública… Salud y cosechas…

* Chacarero. Miembro fundador y militante del Manifiesto Argentino y del Movimiento Arraigo. Ex director de la Federación Agraria Argentina (FAA)

Foto: INTA


Fuente: Tierra Viva

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