• December 24, 2025 at 6:42 PM
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Las Iglesias evangélicas. Una aclaración

Por Eduardo de la Serna*


Quizás repitiendo – al menos en parte – lo ocurrido en Brasil, somos testigos de una importante presencia de las Iglesias evangélicas y de algunos pastores en el ambiente político contemporáneo.

Eso se vislumbró, por ejemplo, en la aparición de un pastor con ambiciones presidenciales, y un superficial comentario sobre el supuesto humanismo de un personaje menor.

Mi intención es, para quienes no están en tema, simplemente decir algo que pretende ser aclaratorio, sin intenciones de definitividad.

Como es evidente, hablar de “evangélicos” remite a los Evangelios, libros de la Biblia donde se narra la presencia de Jesús en la historia, pero, a su vez, ya no solo esos libros sino la predicación de la “buena noticia” (eso quiere decir “evangelio” en griego) iniciada por Jesús. Obviamente, hablamos de grupos o personas “cristianas”.

Pero el término “evangélicos” no es preciso, y requiere una nota aclaratoria para conocerlos mejor. De hecho, en Argentina, los grupos evangélicos se encuentran asociados en dos agrupaciones muy diferentes: ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina) y FAIE (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas). Obviamente, todas ellas se autoperciben “evangélicas”; todas remiten a los Evangelios. Pero, para una mayor precisión podemos decir que el primer aspecto que los diferencia es, precisamente, cómo leen los Evangelios. Pero, para ser precisos, debemos señalar que, en la Iglesia Católica Romana, también, hay quienes leen los evangelios de un modo cercano a FAIE y quienes lo leen de un modo parecido a ACIERA. Y, quizás, acá se pueda dar un primer paso.

Por cierto que en la Iglesia Católica, por ser ésta como es, hay una serie de criterios y normas (por ejemplo, para la lectura bíblica) que no rigen para las Iglesias Evangélicas, pero, es sano repetir lo que decía uno de los más grandes biblistas del s. XX: «entre las Iglesias católica romanas y las iglesias evangélicas (se refería a las llamadas Iglesias históricas, luteranos, calvinistas, metodistas, etc.) ya no tenemos diferencias en lo que entendemos que la Biblia dice… todavía no estamos de acuerdo en lo que la Biblia “NOS” dice» (R. E. Brown). Hay un modo de lectura común. No ocurre lo mismo con los grupos que practican una lectura fundamentalista de la Biblia, ciertamente (sean estos evangélicos o católico romanos).

Una característica de estos grupos fundamentalistas es lo que se ha llamado la “teología de la prosperidad”, por la cual señalan que Dios llena de bienes a quienes lo alaban, a quienes “diezman”, o lo adoran. Es sintomático el caso del pastor al que le donaron una Ferrari y lo explicitó diciendo: "cuanto más doy, más Dios me da" (podríamos decir que no se lo dio Dios sino un feligrés, pero sería entrar en un debate interminable e innecesario).

Se ha señalado que esta “teología de la prosperidad” es políticamente apta para combatir lo que se ha llamado “opción preferencial por los pobres”, y, de hecho, es sabido el impulso político y económico que recibieron estas iglesias evangélicas de los EEUU a partir del compromiso de la Iglesia latinoamericana con los pobres desde 1968 (documentos de Medellín). La película “Apocalipsis en los trópicos”, aunque es bíblicamente muy pobre, y la lectura del apocalipsis es totalmente lamentable, permite vislumbrar el poder económico y, a partir de esto, el poder político de las Iglesias evangélicas en Brasil.

Por eso quisiera señalar que el tema no es la participación política de tal o cual pastor o pastora, sino la teología que lo sustenta. El compromiso con los pobres y su liberación de muchos pastores y pastoras de FAIE parece contrastar con el “uso” de los pobres, sus necesidades y angustias en provecho de las iglesias (diezmo, por ejemplo) de ACIERA, o directamente de los pastores (¿hace falta recordar el pastor que afirmó que “milagrosamente” miles de pesos se convirtieron en miles de dólares?). Irónicamente podría decir que a muchos pastores o pastoras de FAIE podría llegara votarlos si fueran candidatos, y a muchos curas no los votaría ni aunque hubiera lista única. Insisto, el tema es su teología. Y me parece que escuchar, pensar, indagar por ahí permitiría entender mejor muchas cosas, como, por ejemplo, por qué ACIERA es defensora del gobierno perverso de Javier Milei.
*Biblista
Fuente: Liliana López Foresi

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