• October 30, 2025 at 2:51 PM
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No es el narco, es la geopolítica estúpido

Por Diego M. Vidal, desde Brasil

Los frentes de las casa atravesados por balazos como en una escenografía bélica, la calle principal del barrio convertida en una morgue a cielo abierto mientras los pobladores descienden el morro cargando cadáveres. Periodistas mezclados entre barrenderos que, a fuerza de agua y lavandina, intentan limpiar los charcos de sangre que la violenta irrupción de la policía militar de Río de Janeiro derramó con fuego a discreción y sin miramientos. Postal de esta capital, más conocida en el mundo por sus playas y espléndidos carnavales, que es parte normalizada de su historia.
Una carnicería planificada, con sentido electoral, fue desatada en dos de las favelas más importantes de entre las aproximadamente mil que existen en la otrora Ciudad Maravillosa.
La orden provino del gobernador bolsonarista Claudio Castro, quien buscó de ese modo instalar su candidatura a senador para el 2026 y correr la agenda política que ocupaba centralmente la exitosa gira del presidente Lula Da Silva por Asia, su encuentro con un Donald Trump que lo llenó de loas y la soltura de mano del estadounidense al condenado Jair Bolsonaro, que pasa sus días entre crisis de llantos ante su posible traslado a una prisión común.
Las impactantes imágenes de los pobladores de los Complexos da Penha y do Alemão, apilando sus muertos recuperados de la floresta que los rodea, logró el efecto buscado de visibilizar la “acción policial más sangrienta en la historia del país, según definió la directora ejecutiva del Foro Brasileño de Seguridad Pública, Samira Bueno. Una decisión popular que sufrió el amedrentamiento del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), lanzando gases y más balas para impedir la recuperación de sus muertos.
Este operativo que se saldó con número que varía entre 119 (la versión oficial) y 136, de acuerdo a familiares y vecinos, acumula también una serie de preguntas que se responden por sí solas y deja aún más en evidencia su manipulación por parte del mandatario estadual en pos de sus pretensiones electorales.
¿Por qué se realiza un martes, en horario del mediodía, tamaño despliegue de las fuerzas de seguridad contra la principal organización criminal de Brasil?
¿Cuál es la explicación para que la contabilización de la cantidad de armas incautadas sea muy inferior a la suma de los individuos abatidos y detenidos?
¿Podrán dar cuenta los efectivos que participaron de la operación, cómo puede ser que los muertos tengan señales de torturas, cortes de arma blanca en rostros y extremidades, al menos uno fue decapitado, y la mayoría tiene disparos en la cabeza?
¿Cómo explican el no funcionamiento de las cámaras corporales que por ley porta cada efectivo, con lo cual no hay imágenes de los tiros recibidos?
Fuente: Liliana López Foresi

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